31.12.13

La lectora a fin de año


foto: auto-foto


La lectora nunca imaginó que fuera a decir esto, pero es posible que prefiera leer menos libros. El cambio no estaría en el tiempo invertido: quien la vea va a decir “pero si esta chica sigue leyendo tanto como antes”. Lo que piensa la lectora es en tener menos cantidad de libros a su alcance y releerlos tantas veces como le den ganas. Porque se dio cuenta de que mañana empieza un nuevo año y ya no recuerda qué leyó en 2013, en cuál libro estaba aquel personaje que hoy extraña, dónde transcurría cada novela, si esos cuentos que le habían dejado olor a jazmines en las manos eran de este o de aquel autor. Los libros se funden en su memoria, y también en la biblioteca, donde es un milagro que aún entren.

24.12.13

La lectora y los resultados del sorteo de cumpleaños

Hace un par de semanas que estamos con estos preciosos ejemplares dando vueltas por la casa. No nos atrevemos a tocarlos para no encariñarnos. Pero lo cierto es que quieren ser leídos ¿quiénes se los llevarán...?


Hoy es el día del sorteo. Pero antes, había uno de todos esos libros que todavía no habíamos leído y prometimos nuestros comentarios para hoy. 
Es el libro de Juan Manuel Porta. Acá va:


Me leí de un tirón los cuatro cuentos que conforman Los apartados, de Juan Manuel Porta (Editorial Conejos, 2012) y quedé en una atmósfera de desgano y apatía. Con la sensación de que el futuro no importa, o no existe. En todos los cuentos hay mal olor (maderas podridas, heridas que sangran, viejos que no se bañan, prostitutas con costumbres nada higiénicas). El autor tiene la habilidad de narrar escenas desagradables y/o violentas sin mosquearse ni caer en la tentación de opinar, lo cual le agradezco como lectora.

Éste es el primer libro de Juan Manuel Porta y obtuvo el tercer premio del Fondo Nacional de las Artes, edición 2010.

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Y ahora sí... ¡al sorteo! 
Primer paso: anotar todos los nombres en dos hojas.


Segundo paso: cortar los papelitos y ponerlos en una canasta.


 Tercer paso: sacar catorce papelitos.


Y el primero es ¡Emma S!


Acá está la lista de los ganadores (no tenemos foto de cada papelito como en el caso del de Emma S, algunos cayeron a la pileta, otros quedaron desparramados por el pasto...):

Emma S
Sebastián Robles
Darío Kullock
Amalit
Eleonora Eberle
MC
Lourdes
Nicolás Monasterio
Miriam Tessore
Betina Z
Ceci Koiko
Malvona
Pao Bianchi
Natalia Bocassi

¡Felicitaciones! Y gracias a todos los que se tomaron el tiempo de dejar un mensaje, y a los autores y editoriales que donaron sus libros, plaquetas y revistas para celebrar el cumpleaños del blog.
A los ganadores: vamos a tratar de que pasen a buscar sus premios durante los próximos dos meses, más o menos, así los libros -que están ansiosos por que alguien los abra y los lea- no se quedan melancólicos todo el verano, guardados en el baúl de la lectora.

Los cuatro ejemplares de La Balandra son para: Emma SSebastián RoblesDarío KullockAmalit.
Un detalle trivial, de María José Eyras (Alción Editora), para Eleonora Eberle.
Unos días en el Brasil, de Adolfo Bioy Casares (Editorial La Compañía), para MC.
Yo quería ser astronauta, de Bruno Szister (Editorial Conejos), para Lourdes.
La hija de Marx, de Clara Obligado (Editorial Galerna), para Betina Z.
Mi tercer marido, de Gabi Luzzi (Paisanita Editora), para Ceci Koiko.
La vida real, de José María Brindisi (Paisanita Editora), para Malvona.
Mankato es un lugar terriblemente solitario, de Ariel Bermani (Paisanita Editora), para Pao Bianchi.
La plaza, de Anahí Flores (Paisanita Editora), para Natalia Bocassi.

Y ya que estamos... ¡felices fiestas!
Un beso de
La lectora
(en el día de navidad).








17.12.13

La lectora se lanza



¿Cuántas palabras se llegan a leer entre el peldaño más alto de la escalera y el aterrizaje en el arenero? Las comas y los puntos traban la bajada. Leer en un tobogán da al texto un tono íntimo, casi de suspiro. La puntuación desaparece y las oraciones se exhalan de un tirón.

La lectora, que recién arranca con esta novela, se da cuenta de que deberá quedarse en la plaza hasta terminarla, a riesgo de marearse por tanto tobogán. (Una novela que se empieza en movimiento no admite que el lector se siente en un banco. Las palabras podrían estancarse.)

10.12.13

¡Feliz cumpleaños a la lectora!

Hace cinco años nacía la lectora, y hace cuatro, este blog. Todo ocurrió en diciembre. Y, como estamos en diciembre, lo vamos a festejar con un sorteo libresco.
Para participar, hay que dejar, en este post, un comentario y un contacto (preferentemente el mail), así podremos avisarle a los catorce ganadores. 
Muchas gracias a los amigos de La Balandra, a las editoriales Conejos, La Compañía y Galerna, y a nuestras amigas María José Eyras y Gabi Luzzi, por los ejemplares que gentilmente nos dieron para celebrar este quinto cumple de La lectora en la ciudad.

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Empezamos presentando a La Balandra.



La revista La Balandra —otra narrativa—, dirigida por la escritora Alejandra Laurencich lleva dos años de circulación en todo el país. El reconocimiento de colegas, escritores, editores y lectores la han definido entre sus fans como una revista adictiva. Sus contenidos están dirigidos a quienes están dando sus primeros pasos en la escritura o fantasean hacerlo, a lectores que quieren mirar detrás del telón de la literatura o saber cómo empezaron a escribir y qué dicen del oficio sus autores preferidos, a aquellos que buscan descubrir narradores de otras latitudes, o a los autores inéditos; a los que necesitan orientación sobre concursos y nociones de oficio. La revista sale en cada estación del año y se vende en librerías y quioscos de Argentina. En noviembre salió a la calle el número 7 con el que celebra dos años de existencia, siete números, y el premio obtenido por el Fondo Nacional de las Artes como tercer mejor revista cultural del país.

Tenemos cuatro ejemplares para regalar: 
dos del número 7
uno del número 6
y uno del número 5

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Seguimos, presentando a la Editorial Conejos.


Conejos es una editorial integrada por cuatro escritores argentinos, que propone abrir nuevos espacios en el panorama actual de la literatura, presentando un conjunto de obras, con una prosa fresca, que mezclan la plasticidad de la escritura y la profundidad de las sensaciones; historias que se leen rápido y, que, al mismo tiempo, dejan su marca de intensidad. 

Los queridos conejos nos trajeron tres ejemplares.

Sobre el libro de Bruno:

Me desperté, todavía era de noche. El libro de Bruno Szister estaba junto a la cama. Lo abrí sólo para hojearlo y terminé leyéndolo completo. Luego, volví a dormir. Ahora, mientras tomo los primeros mates del día, pienso en Yo quería ser astronauta (Editorial Conejos, 2011). El libro de Bruno está hecho de recuerdos y sueños, contado de una forma tan simple y sin pretensiones que establece, al instante, sintonía con el lector. Y uno pasa el resto del día sintiéndose amigo de la infancia de Bruno, aunque apenas lo conozca. 

Sobre el libro de Paula:

Uno diría que es posible perderse en la ruta, si se viaja en auto. O en el mar, si se navega. Pero ¿en un tren? En Brasil, de Paula Brecciaroli (Editorial Conejos, 2011), el tren corre por vías desconocidas sin estaciones, o con estaciones que no aparecen en los mapas, o pasa por las mismas estaciones una y otra vez. El viaje dura días, semanas o meses; no queda muy claro porque, aunque el sonido de las ruedas sobre los rieles va marcando el tiempo como un segundero, los días se pierden a 35 kilómetros por hora.

Sobre el libro de Juan Manuel Porta.



¡Este es el único libro que, por razones de tiempo, no llegamos a leer! Pero será leído, así que lo comentaremos el día de los resultados del sorteo :-)

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Continuamos con Editorial Galerna.




Sobre el libro de Clara Obligado:
Un libro ambientado en el fascinante mundo ruso, escrito por una argentina. Una historia que se inicia con una exilada rusa, escrita por una exilada argentina. Si bien no aparece una relación concreta entre ambos exilios, conociendo esta parte de la historia de Clara Obligado, es imposible no leerlo estableciendo un link.
Desde la primera página de La hija de Marx (Editorial Galerna, 2013) el lector tiene claro dónde se está metiendo: podría ser un fragmento de un diario de Anaïs Nin. Por más que la primera parte está narrada por una mujer de cincuenta años que escribe sus memorias, el punto de vista es el de ella misma de niña, y tal vez por eso las excentricidades sexuales que describe tienen un matiz naif.
Subrayo una oración sonora: "Cric-cric, hacía la cama, tac-tac, el metrónomo, mientras mis dedos inhábiles tropezaban intentando distraer a nuestro amigo".
La segunda parte, con narrador en tercera persona, podría ser leída como una nouvelle separada del resto. Si en la primera parte la narradora (Annushka) se remonta a su niñez, en esta segunda, el narrador va hasta la niñez de Natalia, madre de Annushka. Concluye esta parte con dos cartas escalofriantes de la propia Natalia y de su amante, Lizaveta. 

La tercera parte retorna al presente (los cincuenta años de Annushka) en el momento en que le anuncian que su hija, Nat, ha muerto. La escritura es distinta: ahora tiene un aire más moderno; ya no recuerda -como al principio- una traducción de una novela rusa. A esta altura, ante estas tres generaciones de mujeres tan particulares en su desapego y fuerza, me viene al recuerdo la película Las memorias de Antonia. Esta tercera parte se desarma hacia el final, en una mezcla de ensoñación y muerte que llevan al lector a quedarse mirando por la ventana, si es que tiene una ventana al lado, con el libro abierto en su regazo, sin ganas de cerrarlo.

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Luego, La Compañía.

Sobre el libro de Bioy Casares:
En las anotaciones que forman el diario de viaje Unos días en Brasil de Adolfo Bioy Casares (La Compañía, 2010), aparece este fragmento: "El mejor recuerdo del viaje: sentirme solo en Brasilia, a muchos kilómetros de toda persona que sabe quién soy…" ¿Quién no vivió un momento semejante en un viaje solitario a cualquier lugar? Otros fragmentos como éste se entremezclan con la agenda del viaje y con la mirada del escritor sobre distintas ciudades de Brasil.

Y el lector se siente un poco espía al inmiscuirse en estas páginas tan personales.

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Ahora, presentamos a nuestra amiga María José Eyras.



"Mamá murió de una manera muy rara", empieza el primer libro de cuentos de María José Eyras (Alición Editora, 2013). Con una frase tan simple, la autora ya ganó mi curiosidad morbosa: quiero saber cómo fue. Nos va contando que su madre era indecisa, daba vueltas. Quería escribir, pero para qué, se decía. Tanta  vacilación ante su vocación le generó un problema dermatológico extrañísimo: de su piel empezaron a salir pelusas. Unas pelusas inexplicables que, de a poco, fueron ganando espacio en la casa hasta cubrir la biblioteca, las ventanas…
Cuando empiezo Un detalle trivial, que es el tercer cuento y además da nombre al libro, me digo "yo este texto lo conozco de algún lado". Y claro, fue publicado el año pasado en la revista La Balandra. Es un cuento sobre las pequeñas cosas que pueden cambiar el rumbo de la vida por completo. Los detallecitos. Y también sobre las fantasías, lo lejos que pueden ir los pensamientos impulsados por el miedo. Cómo el temor lo cubre todo.
La idea de los detalles reaparece por varios lugares. Por ejemplo en Redención: "Nunca ha logrado sacarse de encima esa absurda impresión, por más que se esfuerce, de sentir que ha fallado en algo, que hay un detalle que lo estropea todo".
A lo largo de estos diez cuentos se van colando los gustos de la autora: lecturas, escritores, artistas plásticos, una bailarina. El uso del tiempo, en la mayoría de ellos, recuerda a Alice Munro: va y viene de un presente hacia varios pasados y hace coincidir todos los tiempos en la línea del relato.
Cuando llego a las últimas líneas, me quedo con la sensación de haber leído un libro sincero. Transparente.

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Y terminamos presentando a Paisanita Editora, un proyecto de este año de otra querida amiga, Gabi Luzzi. Paisanita nos trajo cuatro plaquetas (se conocen como plaquetas de poesía o cuento las ediciones de tirada sencilla o artesanal que anticipan un libro o difunden fragmentos de una obra).

Y las cuatro plaquetas son:


Mi tercer marido, de la propia Gabi Luzzi.
¿Y si la casa se fuera llenando de intrusos? ¿Es tarea del ama de casa echarlos o eso le corresponde al hombre? En este cuento, la narradora tiene sus propios métodos para liberar su casa…

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La vida real, de José María Brindisi.
Este cuento bien podría ser las confesiones de un escritor adolescente. El narrador no tarda en revelarnos su amor por Ana y todos los cambios que esa obsesión desencadena en él.

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Mankato es un lugar terriblemente solitario, de Ariel Bermani.
Nunca vi la serie de los Ingalls, es algo que le faltó a mi vida. Creo que alguna vez lo intenté, de muy chica -en blanco y negro: el televisor color demoró unos años en llegar a casa-, pero no prosperé. Tal vez me aburría. A pesar de mi desconocimiento sobre el tema, me divertí con los tres cuentos de Ariel Bermani ambientados en el mundo de aquella serie. 
Paisanita Eitora nos ofreció uno de esos tres cuentos, para regalar en este sorteo.

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Y para terminar de una vez por todas, La Plaza, de Anahí Flores.
La plaza son cuatro poemas que, de alguna forma, anticipan el libro Catalinas Sur (de Eloisa Cartonera, 2012). Fueron como un boceto, sin desmerecerlos. Un entrenamiento para la serie de Catalinas. Así que venían al dedillo para el proyecto de Paisanita Editora, que consiste en publicar pequeñas obras que hayan quedado olvidadas en cajones (o archivos de la compu).

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Muchas muchas gracias a todos y ¡feliz cumpleaños a La lectora en la ciudad
Recuerden dejar un comentario aquí abajo :-)
Hay tiempo hasta el lunes 23 a las cinco de la tarde.
Un beso,
La lectora


PD: Los premios se buscan en Retiro. 
O bien por correo, pero los gastos van por cuenta de quien gane el premio.

3.12.13

La lectora en el blog de Casa de Letras

En el blog de mi querida Casa de Letras apareció, la semana pasada, esta entrevista sobre la lectora. Éste es el link original. Gracias, gracias :-)

La lectora en la ciudad

Por Sebastián Robles
Mucho se habló de los blogs como soporte de sueños, intereses y aspiraciones personales. Sin embargo, con algunas excepciones, se dijo más bien poco acerca del rol que tuvieron en la formación de la generación de escritores que hoy ronda los treinta años. Lo cierto es que, si bien en los últimos tiempos parecen haber sido desplazados por redes sociales como Facebook o Twitter, los blogs todavía están ahí y en algunos casos gozan de muy buena salud, como un testimonio felizmente anárquico de creatividad al margen de cualquier filtro editorial.
La lectora en la ciudad” es un personaje, y es también el nombre del blog que viene llevando adelante, desde hace algunos años, la escritora y poeta Anahí Flores, egresada del programa de formación en escritura narrativa de Casa de Letras. Lo que empezó como un proyecto personal, terminó sumando también a otras personas: fotógrafos, ilustradores, lectores del blog que enviaban sus propias fotos leyendo, o sus propias experiencias de lecturas registradas en textos. Otros tomaban a la lectora como personaje y hacían micro cuentos con ella.
Conversamos con Anahí acerca de “La lectora en la ciudad”.
¿Cómo surge la idea de hacer el blog?
Fue una forma de darle un espacio propio a la lectora, personaje que, cuando nació el blog, ya tenía un año.
Borges dijo que él no sabía si había sido un buen escritor, pero sí un buen lector. Qué pena no poder decirle a Borges que esa frase resultó uno de los principales disparadores de la lectora. Un poco fue esa frase y otro poco la auto-observación: hice una lista de lugares para leer, por ejemplo el medio de la Avda. Nueve de Julio (no se me ocurrió de ingeniosa, sino porque ya me había encontrado a mí misma en el medio de la avenida y con un libro abierto, los autos pasándome a ambos lados).
Quería que la voz del narrador estuviera definida desde el inicio, para que se mantuviera en todos los episodios o posts. Hay un poema de Andrés Neuman que se llama Mujer leyendo, en el cual él describe una escena donde aparece una lectora y lo que a él le pasa cuando la mira. Tal vez al leerlo supe que quería que ella no hablara: a la lectora la dejaríamos haciendo lo suyo, que es leer. La lectora sería observada y con eso, pobre, la condené a ser callada.
Tener una estructura (microrrelato en tercera persona con foto producida, por lo general, después del texto) y un personaje más o menos definido es una gran ayuda y una condena. Ayuda porque a partir de entonces hay un molde y lo único que queda es rellenarlo. Condena porque el personaje mismo exige que uno no lo deje de lado. O, más bien, uno lo ve ahí al personaje y quiere mantenerlo vivo.
¿Cuánto hay del personaje de la lectora en Anahí Flores?
Todo.
Sos autora de tres libros (cuentos, poesías y limericks), además de varias publicaciones acerca de filosofía del Yôga. En el blog se menciona que estás corrigiendo una nouvelle, “Láctea”. ¿En qué medida creés que influye (o no) la experiencia del blog sobre tu escritura?
En la escritura no creo que influya. Los textos de la lectora los revisamos Diana Raschelli de Ferraris (mi mamá) y yo como si se trataran de microrrelatos para un libro. Con esto quiero decir que no por ser material para blog es escritura a las apuradas o sin corrección.
¿Podés contarnos alguna anécdota que te haya resultado curiosa o interesante en estos cuatro años de blog?
El último mes de embarazo y los tres primeros meses de la vida de Sofi me tomé “licencia por maternidad” del blog. Muchos amigos (Hugo Correa Luna, Gabi Luzzi, María José Eyras, Julio Flores –mi papá– y Lilly Burgwardt, entre otros) mandaron textos y/o fotos para que el blog no parara. Dejé programada una entrada por semana. El martes que tuvimos el larguísimo trabajo de parto –casualidad o no– estaba programado el post de Darío Kullock La lectora en el vientre. ¡Fue una forma de despedirnos de la panza, justo el último día!
Hay muchas más anécdotas. Amistades que nacieron a través del blog. Un libro de limericks que tiene a la lectora como protagonista, escrito por Ricardo Bada, publicado por CakiBooks. Una exposición de arte donde se incluyeron dos cuadros inspirados en la lectora. Me gusta cuando toman prestada a la lectora para otras obras.
¿Qué otros blogs te gusta leer?
En los últimos tiempos, como estoy muy metida con la lectura de libros que luego comento para El almacén de librosCatamarcaPress y la revista Limonada, tengo los blogs un poco olvidados. Además, porque mi gran proveedor de recomendaciones interesantes era la revista Oblogo, que ya hace un tiempo que no sale. Pero, al menos una vez por mes, paso a leer los delirios de Darío Kullock en El nido prestado y las Microrréplicas de Andrés Neuman.
 ¿Qué estás escribiendo en la actualidad?
Terminé hace poco la revisión de un poemario. Son casi veinte poemas sobre el momento en que un bebé al fin se duerme y todo lo que eso genera. El primer verso es idéntico en todos los poemas: “Se durmió…”
Y estoy escribiendo una nouvelle, o tal vez un cuento largo, aún no sé. Puede ser que se llame Gárgola.