29.10.15

Cómo surgieron los primeros cuentos del Proyecto Bailarinas

El Proyecto Bailarinas reúne a más de diez escritores. Comparto la experiencia de escritura de los primeros cuatro autores, que son quienes leerán (leeremos) sus (nuestros) cuentos el próximo martes tres de noviembre, a las 19:30 en la librería Mendel.





Dice Laura Massolo:
La propuesta de escribir sobre bailarinas supuso adentrarme en un mundo que no conozco más que como espectadora; tuve que investigar, abordar nuevos lenguajes, imaginar climas y, lo más difícil, intentar ser creíble.
Me resultó más práctico resolver la historia desde el policial. De esa manera, soslayé el compromiso de subir a un escenario o de intentar un solo paso de danza, lo que hubiera resultado en un cuento humorístico. Así y todo, de no ser por la guía constante y paciente de Anahí Flores, mi policial de bailarinas estaría lleno de disparates.
Curiosamente, el ingreso a este universo me dejó dando vueltas por “Una melodía de Chaicovski” que quiere continuar, quizá, en una novela.
Agradezco esta experiencia a nuestra verdadera bailarina y a los maravillosos compañeros que vienen danzando conmigo en la escritura.


Dice Sebastián Grimberg:
Mi experiencia con el ballet se limita al recuerdo de la imagen de Jorge Donn, en un cassete del Bolero de Ravel que tenía mi viejo, a la película Billy Elliot y al capítulo de Los Simpsons que lo emula. Sin embargo, dejando de lado eso de que el escritor tiene que conocer a fondo el tema del que escribe, cuando Anahí Flores me invitó a ser parte de la antología no lo dudé. Dije que sí, después me puse a pensar qué podría escribir. En general los cuentos me llegan como ideas cerradas, completos, no suelo ponerme a pensar qué escribir. La propuesta fue entonces un desafío, sobre todo por tratarse de un mundo totalmente ajeno para mí. Durante esa búsqueda de material para el cuento, incluso pensé en ir a ver algún espectáculo de ballet. Ahí estuvo la solución (en el pensamiento), porque de inmediato recordé el comentario que hizo el padre de un amigo al volver del Colón, luego de presenciar, a su pesar, una función de ballet. Sobre ese recuerdo, el cuento no tardó en armarse.

Dice Mau González:
No me gusta escribir bajo consigna. Por lo general, me sugieren un tema y se me traba la creatividad. Sin embargo, cuando Anahí Flores me pidió un texto para la antología de “Cuentos de Bailarinas” le dije que sí. Mientras charlábamos -mate de por medio- le había estado contando que una de mis hermanas, de niña, había tomado clases de ballet. Me tocó llevarla a la evaluación inicial. La recordaba con malla, medias cancán y un moño tirante. Mamá había tenido que estirarlo bien para que no se le salieran los rulos. Pasé horas sentada en el banco del pasillo principal de la escuela, mirando pasar niña tras niña al salón. Los acompañantes debíamos esperarlas hasta que salieran. Pasaron horas, o por lo menos ese es el recuerdo que tengo: la espera. ¿Por qué no escribís sobre eso?, me preguntó Anahí y yo acepté la sugerencia. Pero como suele pasarme algunas veces, el germen que creía ideal para sacar un buen cuento no me convenció. Me parecía flojo, poco particular, o quizás poco cercano a los temas sobre los que me gusta trabajar. Por más que intenté, el cuento no pasó de unos cuantos inicios irresolutos. Le seguí dando vueltas, hasta que surgió una imagen: zapatillas en movimiento. Pienso en ballet y las zapatillas son la primera cosa que se me viene a la cabeza. Imaginé una bailarina con muchas zapatillas, de distintos colores, su accesorio fetiche. El personaje era una muchacha bailando sola en una habitación cerrada, en streaming. Como no conocía ningún movimiento de ballet me tocó investigar. A medida que lo hacía, me comencé a fascinar con esos cuerpos de espiga, el trabajo que realizan para lograr gracia y elasticidad, su estética, la disciplina. Me inventé muchas cosas, claro. Algunas tuve que ajustarlas, gracias al buen ojo de Anahí. La verdad ha sido un trabajo fascinante y, sobre todo, lúdico. Es lindo descubrir nuevos procesos, trabajar con otros temas. Así, surgió Libélula. Espero que los lectores lo disfruten.

Dice (digo) Anahí Flores:
Escribí No sin cariño a partir del mito de la gillette en la zapatilla de baile. Nació en el 2009, gracias a una consigna de Hugo Correa Luna, en Casa de Letras. El año pasado lo reciclé, cambié escenario, voz narradora, personajes... Sólo mantuve la anécdota de la gillette y cierta atmósfera malvada. La voz de la maestra la tomé prestada de mi antigua maestra de clásico.

Este cuento fue el disparador de la idea de la antología. No sabía en qué contexto publicarlo y se me ocurrió llamar a amigos que escribieran otros cuentos ambientados en el mundo del ballet. Los primeros cuentos ya llegaron y están superando mis expectativas. Ahora, a buscar editorial.


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Algunas imágenes divertidas de la etapa de revisión:

Mau y Anahí, leyendo por enésima vez el mismo cuento

Sebastián, dándole vueltas a su cuento Estamos en diez

Anahí, Laura y Mau, preparando la lectura
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Qué: lectura de los primeros cuatro cuentos del Proyecto Bailarinas.

Además: Nicolás Davico tocará la guitarra y cantará, entre cuento y cuento.

Cuándo: martes tres de noviembre a las 19:30 hs.

Dónde: en Mendel Libros. Paraguay 5163 (entre Fitz Roy y Humboldt).

20.10.15

No sin cariño



Escribí No sin cariño a partir del mito de la gillette en la zapatilla de baile. Nació en el 2009, gracias a una consigna de Hugo Correa Luna, en Casa de Letras. El año pasado lo reciclé, cambié escenario, voz narradora, personajes... Sólo mantuve la anécdota de la gillette y cierta atmósfera. La voz de la maestra la tomé prestada de mi antigua maestra de clásico.

Este cuento fue el disparador de la idea de la antología de cuentos de bailarinas. No sabía en qué contexto publicarlo y se me ocurrió llamar a amigos que escribieran otros cuentos ambientados en el mundo del ballet. Los primeros cuentos, de Laura Massolo, Sebastián Grimberg y Maumy González, ya llegaron y están superando mis expectativas. 
Nos vemos el martes tres de noviembre, a la noche, en la librería Mendel.

Anahí Flores



13.10.15

Lectura de cuentos de bailarinas

Antología de cuentos de bailarinas

Hay literatura ambientada en los más diversos mundos. Muy poca en el del ballet. Este proyecto surge de las ganas de que esa literatura exista. Por eso se me ocurrió convocar a diez autores que, salvo en un caso, nada tienen que ver con la danza. La consigna fue que escribieran bajo cualquier punto de vista, siempre y cuando el ballet apareciera. Así, se está formando una antología de cuentos alrededor de este tema, que anda en busca de editorial. Mientras tanto, iremos haciendo lecturas. La lectura de los primeros cuatro cuentos, de Laura Massolo, Sebastián Grimberg, Maumy González y quien les escribe, será el martes tres de noviembre, a las siete y media, en Mendel Libros (Paraguay 5163). 
Están todos invitados.

Anahí Flores
Ilustración de Maria Wright

Quienes quieran, pueden dar un "me gusta" en la fan page del proyecto bailarinas.

6.10.15

La lectora inexplicable


ilustración: Ayelen Romero

La lectora encuentra un libro que buscó hace años. Aunque perdió el interés por ese libro, lo compra. Sabe que no lo va a leer, que lo va a dejar en algún estante, apretado entre los otros como en un colectivo a la hora pico. Sin embargo: lo paga, se lo lleva y lo acomoda al fondo de sus recuerdos.